Por qué es tan difícil tomar decisiones cuando emprendes
Decidir ciertas cosas puede ser terriblemente complicado. Nos pasa cuando tenemos que tomar decisiones sobre nuestro negocio, pero también ante decisiones más sencillas:
- ¿cuántas veces le has pedido al camarero «un minuto más» para elegir tu comida?
- ¿alguna vez te has visto atrapado en la espiral del «pero… y si…»?
- ¿antes de una cita has entrado en pánico porque frente a tu armario, abarrotado, te has dado cuenta de que no tenías nada que ponerte?
Es normal que, a veces, tomar decisiones pequeñas sobre tu negocio te parezca difícil
Son muchos los motivos que nos paralizan cuando nos vemos obligados a elegir entre distintas opciones. Nuestra mente se pone en guardia, y cuanto más compleja sea la decisión, o más alternativas le ofrezcas para escoger, más difícil te va a resultar elegir por una.
Combatir la indecisión es una de las obligaciones que tienes como emprendedor. Porque si no eres capaz de tomar decisiones, tu negocio va a la deriva. Es importante que entiendas los motivos que hacen que sea difícil para ti tomar ciertas decisiones sobre tu negocio, y que intentes, poco a poco, ir dominando el arte de la determinación.
5 motivos que te están paralizando a la hora de decidir sobre tu negocio:
Después de compartir con mis clientes los atascos a los que tanto ellos, como yo, nos hemos enfrentado al tomar decisiones que afectan a nuestros negocios, me he dado cuenta de que a casi todos nos afectan los mismos miedos.
Lo más probable es que a ti también te estén paralizando alguno de estos 5 motivos a la hora de decidir sobre tu proyecto:
1. Confundes complejo y complicado:
Que algo sea complejo, no implica necesariamente que sea complicado.
Complejo es lo que se compone de distintas partes. es decir, es un sistema donde las cosas no están aisladas, y se relacionan unas con otras. Complicado, en cambio, es aquello difícil de comprender o de resolver.
Las decisiones complejas nos agobian porque son muchos los elementos a los que tenemos que prestar atención. Probablemente vas tan acelerado durante todo el día que no te paras a pensar. Pero si consigues calmar a tu mente, sentarte y analizar la situación, ver qué papel juega cada elemento en tu negocio, y cómo afectará al conjunto la decisión que tomes, evitarás el agobio, y te llevará mucho menos tiempo tomar una decisión con la que te sientas a gusto.
2. Te sientes solo:
Emprender es un camino solitario. Y aunque compartes algunas de tus inquietudes con familiares y amigos, lo cierto es que sabes que al final, la decisión la vas a tener que tomar tú. Esa responsabilidad te pesa, y hace que te sientas solo.
Y como tomar decisiones, al final te produce una sensación desagradable, acabas por cogerle manía a la gestión de tu negocio. Pero esa actitud no es justa, ni para tu marca ni para ti.
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3. Te refugias en el «yo de esto no sé»:
Cuando estabas en el cole, seguro que unas materias te gustaban más que otras. Probablemente coincida que las notas que sacabas en las que te gustaban eran más altas que aquellas en las que te aburrías y te dedicabas a escribir notitas a tus compañeros.
Pero ya no estás en el cole, y no son tus notas lo que está en juego, es el futuro de tu empresa. Ya no puedes decir que no se te dan bien las mates y quedarte tan ancho.
La buena noticia, es que las cosas a las que vas a tener que enfrentarte son como las asignaturas del colegio, de un nivel estándar para que TODOS los niños puedan aprobar. Sacúdete el «yo de eso no sé», y ponte a aprender, sólo lo suficiente, como para poder tomar decisiones de una forma fácil.
4. No sabes lo que quieres:
Si no sabes lo que quieres, en términos generales, para tu negocio, lo más probable es que tengas miedo: a ser demasiado ambicioso, a no ser capaz de lograrlo, miedo al miedo…
Sé valiente, sueña, y baja a tierra esa empresa por la que te quieres luchar cada día. Cuando defines con detalle lo que quieres ya estás construyendo el plan para lograrlo.
Además, ante cualquier decisión que tengas que tomar, lo primero que te preguntarás es: ¿cuánto me acerca esto a mi objetivo?, ¿y aquello?
5. Te asusta saltar al río:
Sabes que hay ciertas decisiones que te comprometen. Lanzar tu marca, por ejemplo, en la que has trabajado durante muchos meses desde tu cueva, significa salir, contarle al mundo que tu marca existe, y a partir de ese momento comprometerte a hacer determinadas cosas en determinadas fechas.
Sabes que el caudal de tareas, decisiones y cosas que resolver se va a multiplicar, y la velocidad a al que se va a mover todo también.
Si eres de los que «yo me muevo con mis tiempos», tengo una mala noticia para ti: tienes que saltar al río y adaptarte a sus tiempos. La buena noticia es que: si entiendes que la disciplina es un regalo que te haces y no un castigo, le vas a coger muy rápido el punto a eso de bajar en piragua por el río, y te lo vas a pasar pipa.
Trabajar tu determinación te ayudará a tomar decisiones sobre tu negocio de forma más fluida:
Sólo cuando desenmascaras los auténticos motivos por los que te está costando tomar una decisión concreta, eres capaz de disminuir el vértigo que te produce, ver las alternativas con perspectiva, y elegir lo que te parece la mejor opción en este momento para tu empresa.
Si estás interesado en trabajar tu capacidad de tomar decisiones de una forma más fluida, te invito a echar un ojo a mi post con 10 consejos para que tomar decisiones en tu empresa sea más sencillo.