Ejercita la gratitud, te hará sentir rico
Soy una persona de naturaleza agradecida. A menudo las personas de mi entorno me repiten que no es necesario que insista tanto, pero qué le voy a hacer, cuando alguien me hace un regalo, un favor, un halago, o un gesto de cariño, no puedo evitar repetir mi agradecimiento.
Lo curioso es que no ha sido hasta hace relativamente poco cuando he descubierto el poder de la gratitud. No el agradecimiento personal, si no la conciencia de todo lo que tengo, y que pasa en mi vida, por abstracto que sea. Supongo que la combinación de practicar yoga y trabajar el desarrollo personal me han llevado directa a entender y a sentir la gratitud de una forma completamente nueva y poderosa que quiero compartir contigo.
En esta época del año en la que por un lado nos insisten tanto en consumir, nos sentimos obligados a regalar y a recibir, y por otro lado, agobiados en muchos casos por las obligaciones sociales y familiares, creo que es un gran momento para reflexionar sobre lo que ha pasado a lo largo de todo el año, y estar agradecido por ello y por poder celebrarlo con gente por la que uno tiene aprecio.
Beneficios de la Gratitud
La gratitud mejora tu salud mental
Ser consciente de todas aquellas cosas que son buenas en tu vida, por grandes o pequeñas que sean te ayuda tenerlas presente y ser consciente del conjunto de todo lo bueno. Relativizar el tamaño de «lo malo» que tiende a parecer mucho más gordo de lo que es te ayuda a estar más tranquilo, a controlar la ansiedad, y a tener una apacible sensación de que, a pesar de todo, está todo bien.
La gratitud mejora tu salud física
La gratitud no sólo afecta a tu bienestar mental, también se ha probado que afecta positivamente en tu cuerpo fortalecimiento el sistema inmunológico, reduciendo la presión arterial, reduciendo también los síntomas de las enfermedades, y haciéndote menos susceptible al dolor y otras molestias.
La gratitud mejora tus relaciones
Nuestra mente es tramposa, y si le das a elegir suele escoger aquello que le molesta por encima de lo que tiene controlado. Pero si cambiamos el foco y decidimos a qué queremos prestar atención podemos centrarnos en todo aquello que tenemos y vivimos por lo que estamos agradecidos. También aplica en nuestras relaciones, y si nos centramos en todo lo que la otra persona nos da (pareja, familia, amigos, compañeros y colaboradores) viviremos con más intensidad y alegría esa conexión, y eso, te lo garantizo, es contagioso.
La gratitud mejora tu percepción de riqueza
Dicen que no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita. Y aunque tiene mucho sentido, en los últimos años he descubierto que la riqueza no se ciñe sólo a términos materiales. Riqueza es una vida plena, una vida en la que cada día lo llenas de cosas que te hacen feliz, que te aportan emociones positivas, que te entretienen, que te hacen sentir que vas mejorando, que te hacen saber que estás conectado con otros, con la naturaleza, contigo mismo. Y en todos esos días, tendrás también que afrontar obligaciones y tareas que te den pereza, pero cuando sientes gratitud por el conjunto, todas ellas se hacen menos pesadas porque forman parte de esa vida que has ido escogiendo para sentirte pleno. Y ese foco en lo que de verdad importa, hace que relativices mucho las cosas que «necesitas», y en consecuencia redescribas tu propia definición de riqueza.
La gratitud mejora tu generosidad
Cuando eres consciente de todo lo bueno que disfrutas en tu vida y te sientes agradecido por ello, es una consecuencia natural que aumente tu grado de generosidad. Por un lado porque, como es lógico, al ser consciente, te sale hacer cosas por otras personas o por ti mismo de una forma mucho más espontánea. Por otro lado, porque eres consciente del enorme poder que tienen pequeños gestos, y de lo poco que cuesta tenerlos con otros.
Cosas que me han pasado este año y por las que estoy absolutamente agradecida
Clientes, socios, colaboradores, lectores…
Este año habéis sido muchos los nuevos emprendedores e instituciones con los que he tenido el honor de trabajar. Y lo digo tal cual, por cursi que suene, porque es un honor que confiéis en mí algo tan íntimo e importante como la estrategia de vuestras empresas, la mentoría de vuestros incubados, o la formación de vuestros alumnos. Aprendo de todos y cada uno de vosotros, y vuestros proyectos me inspiran de forma increíble.Gracias por la confianza que habéis depositado en mí, gracias porque eso me hace sentir valiosa. Vosotros sois los únicos que podéis ayudarme a conseguir mi propósito: «poner luz allí donde otros emprendedores en busca de respuestas sólo están viendo oscuridad».
Resiliencia
Cuando aprendes el hábito de la gratitud eres más capaz de ver cómo puedes recomponerte después de un terremoto de esos que a veces te trae la vida. Este año he vivido uno de esos terribles choques de fallas: un proyecto profesional muy importante en términos de tiempo, de dinero, de ilusión y de expectativas se me ha venido abajo, literalmente, como un edificio que se cae y llena todo al rededor de una nube de polvo. Y aunque durante varios meses me ha hecho sufrir, también me ha hecho despertarme, ver otras opciones, entender que tenía la capacidad de salir de aquel lío y que sería para bien. Me desperté del shock, pasé a la acción. Hoy tengo la confianza de que venga lo que venga, me estoy convirtiendo en la mujer que quiero ser, una que afronta los avatares de la vida en cualquiera de sus facetas con entereza, con calma y con resolución.
Mente sana en un cuerpo sano
Desde hace algunos años el deporte forma parte esencial de mis rutinas, y cada día me siento agradecida por poderlo practicar, porque me hace estar más sana, porque me hace estar más contenta, y porque me hace verme más bonita en el espejo. Y hay días en los que me enfrento a la pereza, al dolor de viejas lesiones… hay días que no puedo practicar porque estoy enferma, o lesionada… y esos días antes me los tomaba con mucho mal humor, con un gran victimismo. Hoy afronto esas situaciones con artillería pesada, con agradecimiento por los días que sí lo puedo hacer, y con las ganas de hacer todo lo que esté en mi mano para evitar que pase.
Mi compañero, mi familia, mis amigos
Tengo la fortuna de tener personas a mi lado (metafóricamente hablando porque la mayoría vive a varios cientos o miles de kilómetros) que me quieren, que me cuidan, que están presentes y que participan de mi día a día. Al mismo tiempo yo también les quiero, les cuido y trato de estar presente en sus vidas de forma que todos sintamos que somos importantes los unos para los otros, y que estamos acompañados. Ellos son mi red de seguridad, y mi conexión más profunda.
Estoy agradecida por tener una pareja con la que comparto una profunda necesidad de libertad y de la que aprendo cada día cómo se hace esto de amar de una forma saludable y plena.
Estoy agradecida de tener a mi lado a mi padre, mi madre, mis dos hermanos, y todas las personas que forman parte de la familia construída y que participan de tu vida del mismo modo que si hubiera vínculo de sangre.
Estoy agradecida de que Mambo, mi fiel compañero de batallas, siga un año más moviendo al rabo como un cachorro a pesar de ser un viejito adorable.
Estoy agradecida por tener grandes amigos a los que siento muy cerca, y con los que hemos construido vínculos inquebrantables a pesar de los kilometros o las semanas que pasen sin vernos o hablarnos.
A todos vosotros, ¡GRACIAS!
¿Tú también has descubierto el poder de la gratitud para hacerte sentir terriblemente afortunado? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios del post 🙏
Un abrazo,
Suscríbete y recibirás mis trucos y consejos para conseguirlo!