El 80% del éxito de tu proyecto depende de tu capacidad para dominar tu mente.
Parece increíble pero, independientemente del sector al que te dediques, el factor clave para el éxito o fracaso de tu proyecto está en tu capacidad para entender y domesticar a tu mente. Y es que la mente es como un animal salvaje, que se rige por instintos. Entender cómo funciona, y de qué manera sus miedos pueden jugar en tu contra te dará perspectiva ante los obstáculos. Una visión panorámica que te permitirá simplificar las cosas, mitigar la angustia, y desarrollar estrategias más acertadas.
Si lo piensas, es bastante cómico que tu propia mente, la que ha tomado la decisión de emprender, sea quien te vaya a tender las peores trampas una vez te pongas en marcha… Pero es una realidad, y su solución es sencilla, entender qué podemos hacer para tomar nosotros el control y no dejarnos llevar por las trampas que nos va a tender la mente.
Para tomar el control no hay nada más eficaz que «mantener el foco». Es decir, elegir en qué decides enfocarte, a qué le vas a prestar atención. Porque si tú no lo decides, será tu mente quien lo haga, y es bastante cobarde, así que, por lo general, va a elegir sentir miedo.
Mentalidad de éxito
En los últimos tiempos se ha puesto de moda, cuando hablamos de mentalidad emprendedora o de éxito, el término Mindset. Se trata de una propuesta asombrosamente sencilla y eficaz: si eres capaz de aceptar los defectos, perseverar, y creer que es posible un cambio en tu personalidad, serás capaz de crecer.
Consiste en abrazar tu papel de eterno aprendiz, en estar dispuesto a aprender, a crecer, a entender que es un proceso que no termina nunca. La idea es que cada uno de nosotros cuenta con una serie de habilidades, cosas que se nos dan bien, y otras que quizás no tanto, pero si aceptas que tus habilidades, por básicas que sean, se pueden desarrollar mediante la dedicación y el trabajo, serás capaz de mejorar y cosechar éxitos.
Si por el contrario te enrocas en que «yo soy así», o «yo de esto no sé», te quedarás ahí empantanado y estarás parando el crecimiento de tu negocio. El cerebro, y la mente, son asombrosamente maleables, y si estás abierto a crecer es más probable que crezcas, y por el contrario, si te cierras al cambio, es probable que nunca cambies.
Cómo puedes desarrollar una mentalidad de crecimiento:
1. Trabaja tu voz interior
Muchos emprendedores somos terriblemente injustos con nosotros mismos. No eres un perdedor por equivocarte, estás aprendiendo, y equivocarse forma parte del proceso. Es importante bajar el volumen al diablillo interno ese que tenemos dentro, porque es el causante de la ansiedad, de la ira o la depresión que se apodera de nosotros para sabotear nuestros negocios.
Si ante un reto te escuchas interiormente decir cosas como «¿Pero quién soy yo para hacer esto, si no tengo talento» o «¿Y si no soy capaz?», respira hondo. Cambia la forma en que afrontas esas dudas, no te dejes llevar por el miedo, y entiende que sentir vértigo es normal.
2. Siempre hay una manera
Ante un obstáculo o reto tienes dos opciones, repetirte a ti mismo que no estás capacitado para afrontarlo, o plantearte las formas de hacerlo posible: entender qué necesitas, qué estrategia deberías seguir, qué esfuerzos deberás hacer, a quién puedes acudir, qué habilidades deberías reforzar…
Olvídate de juzgarte constantemente y formúlate las preguntas adecuadas para hacer posible eso a lo que te enfrentas.
3. Mentalidad de lo posible
Enfócate en lo que es probable, en lugar de monitorear constantemente eso que no se te da bien, eso en lo que te has equivocado, ese pequeño cambio de foco te va a generar grandes beneficios.
Con tiempo y esfuerzo puedes aprender casi cualquier cosa. Así que, si algo es importante para ti, hazlo posible. Puede que te repitas que si no lo intentas así seguro que no te equivocas. Pero… por qué no cambias la frase por un simple «si no lo intento, seguro que no lo voy a conseguir, así que… ¡mejor lo intento!».
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