Cómo combatir el miedo al fracaso cuando emprendes
Me atrevería a decir, que el 100% de los que hemos emprendido alguna vez hemos sentido miedo al fracaso. Es una sensación de ahogo que te invade por las noches, o cuando sales de una reunión que no ha ido bien, o cuando tienes que tomar una decisión y no tienes pistas de cómo hacerlo, o cuando parece que el universo entero conspira para que en tu camino sólo encuentres obstáculos.
El miedo es un monstruo poderoso capaz de apoderarse de tu mente. Se cuela en cada uno de tus pensamientos y te susurra que «¡no eres capaz!, quién te has creído que eres para conseguirlo».
El miedo al fracaso puede llegar a paralizarte si no te proteges de él. Y aquí radica, precisamente, la diferencia entre aquellas personas que se quedan petrificadas, y esos otros a los que parece no afectarles. Es la forma en que cada uno afronta el miedo a fracasar lo que marca la diferencia entre enfrentar tu miedo, o dejarte llevar por él.
La diferencia entre aquellos que se bloquean por el miedo al fracaso, y los que parece que no les afecta, es la forma en la que cada quien se enfrenta a su miedo Clic para tuitearCambia la forma en la que enfocas el fracaso, porque es un elemento indispensable del éxito
No nos engañemos, que tu proyecto fracase es una opción. El porcentaje de empresas que sobreviven a los primeros tres años de vida es bajísimo. Precisamente por eso, debes trabajar en desmontar tu miedo, para que no sea él quien sabotee tu negocio.
Para empezar, deja de tomarte el fracaso tan en serio. En los países latinos parece que asociamos el fracaso del emprendedor con algo imperdonable. A lo mejor es porque nos sentimos como ovejas descarriadas que se alejan del camino laboral que se ha marcado para nosotros, y vivimos con una especie de culpa social que un proyecto no salga adelante. Pero en realidad, la mayoría de las empresas fracasan… Así que, empieza a normalizar un poco esta concepción llena de culpa que tienes del fracaso.
Fracasar es parte del aprendizaje, y de los errores vas a aprender tanto o más que de los aciertos. Y, aunque tu proyecto tenga éxito, en el camino te vas a equivocar constantemente. Así que, familiarízate con los fallos, aprende de ellos, y vuelve más sabio y más fuerte de cada uno de ellos.
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Revisa las creencias con las que estás alimentando tu miedo al fracaso
Todos tenemos un sistema de creencias influenciado por el lugar donde hemos crecido, la familia de la que venimos, la gente con la que nos relacionamos, los libros o audiovisuales que consumimos, la religión bajo la que nos hemos educado, las vivencias que hemos tenido… Y esas creencias son, como si dijéramos, el termómetro que tienes para medir el mundo: lo que está bien, lo que está mal, lo aceptable, lo excelente, lo reprochable, etc.
Es importante para nosotros tener ese código que nos ayuda a enfrentarnos al mundo, pero, de vez en cuando, debemos revisar si las creencias que utilizamos para ello están actualizadas y son realmente lo que sentimos, o son algo que hemos heredado y asumido como cierto. El miedo al fracaso se alimenta de algunas creencias que te recomiendo que revises:
- ¿Confías en ti mismo?
- ¿Necesitas constantemente la aprobación de los demás?
- ¿Eres extremadamente exigente contigo mismo?
- ¿Te sientes frustrado rápidamente?
- ¿Tienes los estándares demasiado elevados?
- ¿Estableces metas adecuadas?
Cómo enfrentarte al miedo al fracaso para que no te paralice:
El primer paso para superar el miedo al fracaso es comprenderlo. ¿a qué tienes miedo?: a no ser capaz, al rechazo social, a decepcionar a los que te rodean, al compromiso y la responsabilidad…
Identifica tu miedo
Pon nombre a tu miedo, y entiende por qué te sientes así. Por ejemplo, ¿tienes miedo a no saber gestionar tu empresa porque eres de letras? Reconozcámoslo, tu negocio se parece probablemente más a la ferretería de la esquina que a la física cuántica. Así que puedes aprender de lo que no sabes, y trabajar tu autoestima para destruir el miedo.
Analiza el riesgo real
Una vez que has identificado tu miedo, tienes que evaluar el riesgo, y para ello debes trabajar dos preguntas esenciales:
- ¿qué es lo peor que podría pasar?, y
- ¿qué probabilidades hay de que pase?
La mayoría de las veces cuando contestamos estas preguntas nos damos cuenta de lo absurdo que era nuestro miedo. Casi como cuando de niño descubrías que no era un monstruo lo que te acechaba por la noche, sino un montón de peluches desde la silla.
Prepara un plan de escape
Pero otras veces, las respuestas serán lo suficientemente sólidas como para que sigas preocupado, entonces debes trabajar en tu plan de escape. Tener este plan, aunque sea guardado en un cajón, te va a permitir sacar tu proyecto adelante con alivio y, en caso de que no funcione, sabrás cómo salir del embrollo.
Plantéate el peor escenario posible, hazte tantas preguntas como problemas se te ocurran, y busca una solución para cada una de ellas.
Por ejemplo, imagina el peor escenario posible: tienes que cerrar tu negocio. ¿Qué problemas concretos supondría? Cómo podrías resolver cada uno de ellos? No sé: ¿Cómo devolverás el préstamo? ¿A quién puedes venderle el stock o las máquinas que has comprado? ¿En qué podrías trabajar rápidamente?
¡Siéntete orgulloso de tus fracasos, porque lo que eres ahora es fruto de todo lo que aprendiste entonces! Clic para tuitear
Siéntete orgulloso de tus fracasos
Para terminar, repasa un poco en tu historia… seguro que tienes algún fracaso del que te sientas especialmente orgulloso….
En mi caso, por ejemplo, recuerdo una conversación con un amigo cuando las cosas se empezaron a torcer con mi primer proyecto empresarial. De repente me dijo, “Lu, en el peor de los casos, todo el tiempo que le has dedicado a este proyecto, será el máster más barato y más completo que podrías haber hecho!”. Y tiempo después, puedo decir que mi amigo Jaime tenía toda la razón del mundo.
No te sientas avergonzado de tus errores siempre y cuando hayas hecho todo lo que hayas podido para evitarlo.
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