Cuando hablar de dinero se vuelve incómodo
No hace falta decir “me siento mal por cobrar” para que el tema del dinero se vuelva tenso. A veces basta con un silencio incómodo cuando llega el momento de hablar de precios. O con esa risa nerviosa justo antes de decir “bueno, lo que puedas pagar”. O con el impulso de justificar cada detalle del servicio, como si hiciera falta ganarse cada céntimo frente al otro.
Cobrar no siempre genera culpa, pero muchas veces sí despierta dudas, miedos y una necesidad inconsciente de suavizar lo que, en realidad, debería estar claro desde el inicio.
¿La buena noticia? Hay personas que cobran con total naturalidad. No porque sean más frías ni más seguras, sino porque su tipo de personalidad las ayuda a tener una relación más clara con el valor, los límites y el dinero.
El dinero no es solo una transacción: es un espejo emocional
Tu forma de poner precios, hablar de ellos o sostener ese momento incómodo tiene raíces mucho más profundas de lo que parece. Según tu tipo de personalidad, puedes sentir que:
- Cobrar te hace egoísta.
- Estás “quitando” algo al otro.
- Si te pagan, esperan que seas perfecto.
- Si cobras poco, te van a respetar más.
Nada de eso es verdad, pero ese ruido mental aparece… y cuesta mucho sostener tu tarifa si lo escuchás todo el tiempo.
Por eso hoy quiero hablarte de los 3 tipos del Eneagrama que, naturalmente, cobran sin culpa. Y de lo que podés aprender de ellos si este tema te pesa más de la cuenta.
Los 3 tipos que cobran sin culpa
Tipo 3 – El Triunfador
Los tipo 3 no confunden esfuerzo con valor. Para ellos, lo importante es el resultado que generan, no cuántas horas sudaron para lograrlo.
¿Qué podés aprender? Profesionalizá tu mirada. Si tu trabajo resuelve, eso tiene valor. No necesitás sufrir para “merecer” lo que cobrás.
Tipo 8 – El Desafiador
Este tipo tiene una relación directa con el poder y los límites. No necesitan justificar sus decisiones. Y tampoco sus precios.
¿Qué podés aprender? Inspirate en su firmeza. Tus precios no son el inicio de una negociación emocional. Son parte del trato.
Tipo 7 – El Entusiasta
Para un tipo 7, el dinero es posibilidad. No es juicio ni amenaza. Cobrar es parte del juego.
¿Qué podés aprender? Soltá la gravedad. Cobrar no mide tu valor como persona. Es una herramienta para crear más de lo que amás.
Ejemplos reales de cobrar sin culpa
- El tipo 3 dice su precio y pregunta: “¿Cuándo te gustaría empezar?”. Sin adornos.
- El tipo 8 responde a una objeción pasivo-agresiva con un claro: “Creo que no soy la persona adecuada para vos”.
- El tipo 7 lanza sus servicios con entusiasmo. No se detiene a demostrar nada.
¿Y vos, dónde te frenas?
Si sos tipo 2, puede que te pese sentir que estás “quitando”.
Si sos tipo 4, tal vez creés que tu valor depende de cómo te sentís ese día.
Si sos tipo 6, puede que sientas que tenés que demostrar que estás a la altura.
Si sos tipo 9, probablemente evites poner un precio claro y digas “lo que vos veas”.
Tu patrón emocional no define tu valor. Pero sí puede estar frenando tu negocio.
Un ejercicio para empezar a cambiarlo
Elegí uno de los tres tipos que mencionamos —el 3, el 7 o el 8— e imaginá que sos esa persona por un día.
¿Cómo presentarías tu servicio?
¿Cómo responderías a una objeción?
¿Cómo sostendrías tu tarifa frente a un cliente?
No hace falta actuar. Solo probar. Salir un momento de tu estructura habitual y ensayar otra forma de habitar tu valor.
¿Querés ir más allá?
Este episodio te puede ayudar a reconocer tu patrón con más claridad.
Hacé clic en el reproductor y escuchalo completo.
Te va a ayudar a entender qué es lo que está frenando tu relación con el dinero… y cómo podés empezar a liderar desde otro lugar.
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