No es que no te veas. Es que no es tan fácil mirarte.
Hace poco lancé un test gratuito para ayudarte a descubrir tu posible eneatipo. La idea era sencilla: una herramienta para empezar a explorar quién sos, desde el Eneagrama. Lo que no esperaba era que en tan poco tiempo más de mil personas lo completaran… ¡y con tantas dudas compartidas!
El mensaje que más se repite es casi calcado:
“Creo que soy este… pero también podría ser este otro.”
Si te pasa, no estás solo. Y no, no significa que el Eneagrama no funcione para vos. Hay algo que solemos olvidar: el Eneagrama no te describe por lo que hacés, sino por por qué lo hacés. Y esa diferencia, aunque sutil, es enorme.
Porque identificar nuestras motivaciones más profundas… no es tan fácil como parece.
Algunos eneatipos están diseñados para confundirse
Hay tres tipos en particular que tienden a perderse en el camino del autoconocimiento. No porque sean menos conscientes, sino porque su forma de moverse en el mundo los lleva a desconectarse (justamente) de sí mismos.
Eneatipo 9: El que se ve en todos… y en ninguno
Si decís cosas como “me identifico con un poco de todos”, es muy probable que seas un 9. Este eneatipo se adapta tanto a los demás que pierde de vista su propio centro. No por falta de personalidad, sino porque aprendió a no incomodar.
El resultado: cuesta horrores reconocerse. Se disuelven en el entorno, se van con la corriente, y cuando llega el momento de definirse… dudan. No encuentran una voz clara, porque llevan mucho tiempo en modo modo silencioso.
Eneatipo 6: El que no para de cuestionarse
La mente del 6 es una máquina de análisis. Y claro, también de dudas. Todo lo cuestionan, incluso el resultado del test. Si se ven reflejados en un tipo, enseguida piensan:
“¿Y si me estoy confundiendo?”
“¿Y si me estoy autoengañando?”
Son especialistas en ver todas las variables posibles. Pero esa habilidad también sabotea su claridad. Cuando todo podría ser verdad, nada termina de serlo.
Eneatipo 3: El que vive su propio personaje
El 3 es un experto en convertirse en lo que el entorno espera. Son hábiles, carismáticos, cracks en mostrarse exitosos. Pero en ese juego… a veces se olvidan de quiénes son en realidad.
Les cuesta ver su motivación real porque están en piloto automático hacia el logro. Incluso cuando se ven al espejo, ven el personaje. No a la persona. Y claro, leer que su valor no está en sus resultados… incomoda. Mucho.
¿Qué hacer si no sabés qué eneatipo sos?
No hay una fórmula mágica, pero sí algunas pistas:
- Dejá de buscar el que más se te parece y prestá atención al que más te incomoda. Lo que te pincha… te está mostrando algo.
- Preguntate: ¿qué quiero evitar a toda costa? ¿Qué miedo está manejando el volante?
- Hablá con personas que te conocen bien. Muchas veces ven patrones que vos no ves.
- Y sobre todo: no te obsesiones con encajar en una etiqueta. El Eneagrama no es para encasillarte. Es para liberarte.
Cuando por fin lo ves… y no te gusta
Este momento llega. No cuando descubrís tu eneatipo, sino cuando lo reconocés. Y decís:
“Mierda… esto soy yo.”
Y duele. Porque no te halaga. No es una palmadita en la espalda. Es un espejo que te muestra justo lo que más evitás. Y ahí es cuando empezás a cambiar.
Si querés saber más sobre cómo estos eneatipos se camuflan, por qué eso afecta tu negocio y tus decisiones… te invito a escuchar el episodio completo del podcast:
🎙 Los 3 eneatipos a los que más les cuesta reconocerse (y cómo eso sabotea su negocio)
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🌀 ¿Te pasa que lees sobre eneatipos y piensas “algo de esto me encaja, pero no del todo”?
No eres raro. No eres un caso perdido.
Lo que pasa es que tu personalidad no cabe en un carril estrecho. Tiene capas, tiene matices, y por eso cuesta verse con claridad.
En el EneaCheck no vas a salir con una etiqueta… vas a salir con una lectura estratégica de cómo funcionas tú y de cómo ese patrón —que te acompaña desde siempre— está condicionando la forma en la que tomas decisiones, lideras, vendes… y te saboteas.
💥 Esto no es teoría.
Es una sesión cañera y personalizada, pensada para emprendedores que quieren conocerse a fondo para tomar decisiones con más criterio, más foco y menos drama.
Si sientes que algo no termina de encajar y te gustaría ver con más claridad lo que hay detrás de tus bloqueos y patrones…
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Hay decisiones que te cuestan más de lo que deberían. Retos que se repiten. Patrones que se te pegan como el chicle a la suela. No es casualidad. Tiene que ver con cómo eres tú, con cómo funcionas. Y entenderlo te cambia el juego.
Tu personalidad está influyendo más de lo que imaginas en cómo gestionas tu negocio: desde el dinero, hasta las decisiones que postergas o las estrategias que nunca terminas de implementar.
💥 Porque no es que te falte fuerza de voluntad. O disciplina. O talento. Lo que te falta es entender cómo funcionas por dentro para dejar de meterte zancadillas sin darte cuenta.
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